Con demasiada frecuencia minimizamos la importancia de iluminar bien nuestra casa aunque la luz sea una fuente de salud.
Planificar bien la iluminación de tu casa no debe tomarse a la ligera.
La iluminación es tan importante como el mobiliario, pues de ella dependerá, en gran parte, el éxito de nuestro proyecto.
Antes de empezar cualquier tipo de reforma hay que planificar todo el sistema de iluminación: puntos de luz, enchufes, cableado…
Los interioristas sabemos bien que mientras un proyecto de decoración normal se «levanta» con una buena iluminación, grandes proyectos se «hunden» con una mal planificada.
Los tiempos de techos llenos de pequeños halógenos, en los que no había empresa de reformas que no quisiera llenar la casa de esta absurdidad cuyo único mérito era llenarte la cara de ojeras y sombras extrañas, han pasado a mejor vida. Si lo vuelven a intentar en tu casa, niégate enérgicamente.
El secreto para saber si una habitación está bien iluminada es que apenas se note. Si todo fluye de manera agradable y suave es que lo hemos hecho bien.
Uno de los mayores errores es usar una iluminación muy brillante. Recuerda, una casa no es la sala de urgencias de un hospital
Otro error frecuente es pretender que un solo tipo de luz nos servirá para toda la habitación. Nada más lejos de la realidad, pues las habitaciones mejor iluminadas mezclan distintos tipos de luz que funcionan bien juntos.
Para simplificar dividiremos los tipos de luz en cuatro: luz general, puntual, de exposición y decorativa.
La luz general se consigue con puntos de luz colgados del techo de tal manera que se puede aumentar significativamente si se refleja sobre espejos, una pared o techos blancos.
Los techos oscuros producen el efecto inverso, algo que tendremos en cuenta para aumentar la potencia de luz.
Es imprescindible potenciar la luz natural. Los espejos delante de ventanas y balcones, o bien superficies de cristal o lacadas cerca de las fuentes de luz natural, multiplicarán la cantidad de luz de nuestra casa.
La luz puntual se utiliza para iluminar zonas concretas. En las zonas de trabajo, intentaremos que el foco no proyecte sombras sobre esta superficie.
Esta luz también servirá para iluminar cuadros o piezas decorativas que nos interese resaltar.
Tanto las luces puntuales como la general pueden sustituirse por lámparas de pie o mesa usando pantallas que envíen la luz hacia abajo.
Otra opción son las pantallas que envían la luz vertical hacia arriba, que servirán para completar la luz general creando un efecto de luz indirecta y más suave.
Las pautas esenciales para un buen proyecto de iluminación son:
*Al planificar la iluminación de nuestra casa es imprescindible definir la actividad que se va a realizar en cada habitación ( lectura, preparación de alimentos, aseo, limpieza, trabajo…).
*Pensar el tipo de ambiente que queremos crear en ese espacio: luminoso, íntimo, suave…
*¿Qué elementos decorativos queremos destacar? obras de arte, muebles, texturas de pared…
*Identifica las paredes oscuras o cubiertas con muebles oscuros ya que estas absorben más luz haciendo necesaria una iluminación suplementaria.
Las lámparas de pie bien colocadas pueden alegrar un rincón oscuro de una habitación. Existe una gran variedad de lámparas que apagadas parecen esculturas además de cumplir su función lumínica, y ayudan a la decoración general.
La idea básica con la que debemos trabajar en nuestra iluminación es jugar con diferentes tipos de luz, que nos permitan iluminar la estancia en función del uso que tenga en cada momento.
Si lo que queremos es añadir profundidad e interés a nuestras habitaciones los apliques son una buena idea, pues ayudan a añadir luz de ambiente sin inundar la sala con luces innecesariamente duras.
Los apliques pueden bañar la pared de abajo a arriba o viceversa, e incluso pueden emitir pequeños haces de luz en ambas direcciones.
Una opción mucho más teatral es empotrar focos en el suelo.
Los reguladores de luz (dimmer) son el complemento perfecto para poder graduar la luz de nuestras estancias, siendo el mejor accesorio para crear distintos ambientes de luz en nuestra casa.
Cada habitación tiene sus propias reglas, a saber:
La cocina: Aquí lo fundamental es evitar las sombras. Poner luces empotradas en el techo, tipo downlight, y puntos de luz debajo de los armarios altos, resuelven la iluminación de esta zona de la casa.
Es ideal para trabajar en la cocina que las luces queden por debajo de la altura de los ojos.
La opción más sencilla una vez la cocina está instalada es colocar tiras de luces leds en los muebles de encima de la zona de trabajo.
Si tienes un rincón para desayunos o comidas rápidas pon una lámpara de techo sobre esta superficie.
El salón: Necesita una luz general que se puede resolver con lámparas de pie con la luz hacia el techo. Para crear una iluminación uniforme y suave debemos colocar estratégicamente lámparas de mesa o apliques de pared.
Los focos no se deben dirigir nunca directamente sobre los muebles o cuadros de valor, pues el calor de las luces puede deteriorarlos.
Cuando te instalen los interruptores pide que algunos de los que utilizas al entrar al salón estén conectados con varios enchufes de lámparas de mesa o de pie, ya que así lograrás una iluminación más agradable que teniendo que encender siempre la lámpara del techo.
Si en esta sala tenemos la TV debes tener en cuenta alguna regla básica para no destrozarte los ojos.
Nunca mires la televisión a oscuras ni con una iluminación muy fuerte.
Evita que la luz natural o artificial se refleje en la pantalla.
Lo recomendable es una luz suave tipo lámpara de pie que difunda la luz por la estancia. Una luz secundaria tras el aparato, orientada a la pared o situando los puntos de luz tras el espectador es una buena opción.
En esta habitación la luz y sus luminarias deben formar parte de la decoración.
El comedor: Lo mejor es una lámpara de techo sobre la mesa. Hay que tener cuidado de que no quede demasiado baja para no molestar, ni tan alta que cree sombras por toda la habitación y en la cara de los comensales. La mejor altura es unos diez centímetros por encima de la cabeza de las personas sentadas en la mesa.
Si optas por una lámpara de altura regulable te servirá para varias funciones.
Si la mesa es grande se pueden poner dos o tres lámparas iguales repartidas por la superficie de la mesa de comedor.
El regulador o dimmer en estas lámparas resulta muy recomendable para poder crear atmósferas más íntimas.
El dormitorio: La luz tiene que ser muy tenue y dirigida al techo o paredes. En las mesillas poner una lámpara con pequeñas pantallas y en el cabecero poner apliques dirigibles que permitan la lectura.
Cerca de los armarios se puede poner una línea de focos empotrados y orientables que nos permitan ver claramente el interior del mismo.
El baño: Aquí las sombras son el peor enemigo. La mejor solución es poner dos apliques en los lados del espejo, nunca un punto de luz en el centro ya que siempre emitirá una luz nada favorecedora.
Algún punto de luz en el techo. Yo los prefiero de luz cálida para no parecer «vampiros»; combinarla además con los apliques laterales de los espejos constituye una buena opción.
Recordar que los enchufes tienen que estar como mínimo a un metro de la zona de agua y a 1,10mts de altura desde el suelo.
Más adelante trataremos los diferentes tipos de bombillas y luminarias que influirán decisivamente en nuestro proyecto final.
Ya sabéis que si necesitáis un proyecto de iluminación estamos a vuestra disposición para crear la mejor luz en vuestra casa.
Hasta el prox-post.