Este post es una auténtica declaración de intenciones de mi trabajo como interiorista: soy un enamorado de las antigüedades y un convencido de que una casa con piezas antiguas adquiere un sabor y una pátina que no consigue dársela el mueble más moderno.
Cualquiera puede ir a una tienda y comprarse un mueble, pero una antigüedad es una pieza única y solo tuya.
Dicho esto tenéis que saber que su utilización vuelve a ser tendencia, con unas pautas muy diferentes a las de su uso indiscriminado de los 80″s y 90″s en los que todo valía. Hemos de aprender a dar valor decorativo a alguna pieza importante bien por su diseño, volumen o calidad.
El minimalismo (tendencia decorativa cuyo origen está en la Bauhaus), aunque muchos crean que se refiere a los muebles de una tienda sueca que todos conocemos, nos enseñó a crear «un vacío» para dar valor a un mueble, objeto o espacio. Esa imagen nos puede ayudar a crear interiores muy interesantes con las antigüedades si las dejamos respirar debidamente. No se trata de llenar un espacio de muebles antiguos, sino de elegir pocos pero de marcado carácter. Si elegimos bien encajaran perfectamente en cualquier espacio, ya que funcionan en decoraciones clásicas y también en las más modernas.
Decorar tu casa con buenas antigüedades parece fácil, pero os aseguro que no lo es. Saber cómo conseguir un bonito espacio agrupando elementos diferentes entre sí y acentuar sus características para nuestro diseño requiere un trabajo riguroso y sin ningún apasionamiento emocional ni de ningún otro tipo.
Con esta vocación pedagógica que tiene nuestro blog, vamos a aclarar algunos conceptos sobre lo que son y no son antigüedades. Esto es muy importante sobre todo para no caer en el ridículo de decir que tenemos antigüedades en casa, y lo que tenemos son cuatro trastos viejos; para que lo entendáis, es como lo de la «modista de piso» que dice que hace «alta costura».
Hasta hace poco tiempo, unos 15 años, los amantes de las antigüedades aún discutíamos sobre si los objetos de estilo Decó y Art Nouveau lo eran. Esta discusión ha dejado de tener sentido ya que muchas de ellas han cumplido su centena y ya tienen su propio «carnet de identidad». En el mundo de los anticuarios ninguna pieza de menos de cien años podía ser considerada una antigüedad. El origen de esta legitimación está en las aduanas de EEUU, en las que para declarar los objetos que entraban en el país era muy importante el tiempo transcurrido desde su elaboración a efecto de los impuestos a pagar.
En este mágico universo del que hablamos hay que distinguir entre antigüedades y «cosas viejas». Las primeras tienen una buena calidad y se valora su origen, procedencia e incluso qué artesano las realizó: Son piezas únicas. Mientras que en las segundas simplemente se valora su tiempo de elaboración, y aunque sean muy decorativas su valor es muy inferior, a pesar de estar sobrevaloradas en las tiendas de nuestro país, en el que no existe cultura de este tipo de piezas como en Inglaterra o Francia, por señalar un par.
Todos los objetos y muebles de los años 50, 60 y 70 ahora tienen el término Vintage, como explicativo de su época, pero no son antigüedades. Lo que en los años 60 era una mezcla de antigüedades y muebles modernos, hoy sería una combinación de antigüedades y muebles/objetos Vintage. En Madrid tenemos buenos ejemplos de anticuarios: Tesla y Lorenzo del Castillo, que han logrado aunar en sus negocios esta mezcla de elementos de distintas épocas, siendo un placer visitar sus tiendas por el rigor con el que eligen las piezas que venden.
Cada uno tenemos nuestras épocas preferidas; las mías son el Imperio francés y el Biedermaier centro europeo, cuyas piezas encajan muy bien en espacios limpios y despejados de nuestro siglo. No es necesario tener en casa antigüedades de alta época y de precios desorbitados para conseguir ese ambiente cálido que buscamos. Un gran espejo antiguo y desgastado, un grabado moderno enmarcado en un marco de época, alguna porcelana no excesivamente colorida, alfombras antiguas que se les note el paso del tiempo… nos servirán para nuestro objetivo.
Otra opción muy acertada en decoración contemporánea es usar piezas chinas como los armarios de novia o alfombras de dibujos florales bi-cromáticas y desgastadas, que se integran muy bien en cualquier tipo de espacio; eso sí, cread un vacío a su alrededor para que destaquen en la imagen global de la estancia.
No queremos llenar nuestra casa de antigüedades que nos puedan recordar a un tipo de decoración “rancia” y de la que todos huimos actualmente, ya que buscamos espacios más ligeros y actuales, sino de utilizar piezas de mobiliario, objetos de decoración o pintura/grabados de época que crearán un interiorismo de gran calidad e impacto visual.
La clave para no recargar un espacio cuando usamos elementos de época es mezclar con piezas de marcado carácter contemporáneo. Usa accesorios antiguos con piezas modernas para conseguir el equilibrio en tu decoración. Los pequeños detalles hacen que elementos de distintas épocas «mariden» bien juntos.
Sobre muebles antiguos colgar cuadros abstractos, pop-art o de un marcado estilo colorista y enmarcarlos con marcos de época, y también lo contrario para pinturas antiguas lo mejor es ponerles debajo consolas de cristal, muebles lacados y lineales. Hay que evitar el paralelismo entre piezas nuevas y antiguas y dejar que las antiguas luzcan por si mismas; dale a cada pieza su propio lugar y crea un marco que la haga destacar. Si lo que queremos utilizar son sillas o butacas antiguas lo ideal es arriesgarse en tapizarlas con tejidos muy llamativos, coordinados con el resto, que tengan una fuerte personalidad. Úsalos sin miedo, ya que una silla de época tapizada con atrevimiento revalorizará sin duda esa pieza. Si además las conjuntamos con una mesa de comedor en cristal lacado, el conjunto creará un gran impacto visual.
No olvidar nunca este principio básico de mezclar elementos y no agrupar demasiados elementos antiguos en un mismo espacio, ya que lograríamos el efecto contrario a lo que pretendemos recargando el espacio sin ninguna necesidad.
Antes de elegir la “pieza” que dará carácter a tu decoración piensa bien en el espacio que quieres decorar, con qué elementos va a convivir, tu presupuesto… Hay múltiples opciones y como ya dije en uno de mis primeros post, la decoración es una equilibrada mezcla de volumen y color. Si conseguimos conjugarlas seguro que nuestro resultado será bueno, independientemente de nuestro propio estilo decorativo.
Ya sabéis que estamos por aquí para cualquier duda que tengáis.
Os animo a ser modernos y hasta el prox-post