Para entender una tendencia decorativa o de moda, es importante conocer su procedencia y su evolución. Conociendo sus raíces podremos interpretar esta decoración inconformista y entender mejor sus claves.
Los primeros Hipster nacen en 1940. El término se utiliza para referirse a los amantes del jazz moderno de principios de la década. Una generación de jóvenes blancos adoptó el modo de vida de los músicos negros de jazz; desde su manera de vestir, su jerga, humor sarcástico, pobreza autoimpuesta hasta unos relajados códigos sexuales.
Los hipster posteriores copiaban a los primeros sin conocer los orígenes de esta subcultura.
En el nuevo milenio el término hipster se usa para describir la tendencia a lo «alternativo» o «anti moda». Esta subcultura urbana esta básicamente compuesta por gente joven que busca su sitio en el centro de las ciudades.
En la actualidad este inconformista se ha estereotipado, eclipsando a la cultura indie que es la tendencia inmediatamente anterior.
La decoración hipster puede resultar bastante inquietante si no perteneces a la tribu, tiene sus propias normas y son las que vamos a desglosar en este post. Si eres un «auténtico moderno» no te lo puedes perder.
Para un buen resultado hay que encontrar el equilibrio y ser concienzudo en las mezclas de lo nuevo y lo viejo. Observar que digo viejo y no antiguo.
Las paredes de pizarra, las antiguas máquinas de escribir y cámaras de fotos, los globos terráqueos y sobre todo esos animales disecados y sus ojos de cristal inertes mirándote, crean, cuando menos, una cierta inquietud .
En cualquier tendencia, el problema está en el exceso, no podemos abusar ni de animales disecados, ni de muebles viejos (que no vintage) ni que todo lo que adorne la casa tenga un trasfondo irónico.
Para vivir un auténtico espacio hipster hay una serie de elementos imprescindibles y otros tantos que te posicionaran en un tramo superior del universo inconformista.
Vamos a intentar desglosar este «mágico» universo.
Para ver un buen resumen de esta tendencia, recomiendo ver el lobby del Hotel Ace de Nueva York que resume esta manera de decorar, de forma bastante completa.
LOS IMPRESCINDIBLES para esta aventura son:
1. MOBILIARIO VINTAGE:
Un par de piezas de mediados del Siglo XX serían más que suficientes para un espacio hipster, preferentemente originales: Un escritorio, una librería o una lámpara.
No conviertas tu casa en una tienda de segunda mano y sobre todo que el olor a naftalina no nos invada la nariz cuando entremos en ella.
Usar la máxima de equilibrar lo viejo y lo nuevo, es imprescindible.
Si nuestros muebles vintage son un par de butacas o un sofá de época, cuidado con las tapicerías, que no den miedo al sentarse, ni den la sensación de tener ácaros alojados en ellos desde el siglo pasado.
Es muy habitual hoy en cafeterías y lugares de copas, amparados en esta tendencia decorativa, tener la impresión de entrar en un saldillo de los Traperos de Emaús; y no señores, esto no es nada hipster, es una marranada.
Sentarse en un sofá que los muelles se hunden hasta el suelo, o butacas con un terciopelo acrílico de los 70″ que da grima, no es tendencia ni inconformismo, es otra cosa.
Las tapicerías nuevas, aunque sean arpilleras, telas de saco, chenillas o terciopelos envejecidos.
La poca luz, es muy agradable y sobre todo a ciertas edades incluso aconsejable, pero entrar en casas o locales iluminados con una bombilla de filamentos tropezándose con todo, por qué no se ve nada, tampoco es nada divertido; en el medio suele estar la virtud. Estas bombillas son para decorar, los leds y las lámparas para iluminar.
Las mesas tocineras de cocina, o las mesas de antiguas bibliotecas rodeadas de sillas de metacrilato son un must.
Para complementar tu mobiliario vintage, son imprescindibles los globos terráqueos, las máquinas de escribir de hasta los 70″, las cámaras de fotos antiguas y una biblioteca de clásicos.
Los libros de segunda mano o de librerías de viejo no pueden faltar en tus estanterías.
Algunos títulos deben estar bien visibles, no importa si se han leído o no; lo importante es que los que entren en tu casa, se reconozcan en estas obras y sus autores.
Stuff White People Like, de Christian Lander, The Catcher in the Rye, de JD Salinger, Algo de Charles Bukowski, Sex, Drugs, and Cocoa Puffs, A Low Culture Manifesto, de Chuck Klosterman, La contracultura en México, de José Agustín…
Este listado os parecerá demasiado dogmático pero cada «tribu» tiene sus reglas y esta no se puede pasar por alto.
2. PASIÓN POR LA TAXIDERMIA
Una pieza de taxidermista no puede faltar en una casa hipster, queda claro que este interiorismo no es para pusilánimes.
Desde una cabeza de ciervo para montar en la pared a unas cuernas de caza pasando por animales para mesa: búhos, cuervos o buitres dentro de un fanal de cristal te darán un aire de «moderno» inconformista que no habrá ni bigote ni sombrero que lo mejore.
Tener cuidado con el número de piezas de taxidermista, ya que demasiadas te convertirán en un «tío raro» en vez de un inconformista.
Personalmente me inclino por unas cuernas de caza, sin cabezas completas que me miren siniestramente. No sé si dormiría muy tranquilo con una cabeza disecada mirándome inquietantemente, pero claro yo soy interiorista y ya tengo una edad.
Para los que no queráis tener un bicho muerto en casa hay otras opciones menos agresivas, pero recordar que no es lo mismo. Desde elementos reciclados simulando cuernas a cabezas de arce o ciervo realizadas en resina o cartón.
3. UN TOCADISCOS ANTIGUO
En un lugar bien visible de la casa, desde un Philips a un Vintage Philco estereofónico, que funcione y con una colección de discos de vinilo específicos, no cualquiera.
Una mezcla aceptable iría desde el Abbey Road de los Beatles pasando por A love supreme de Coltrane hasta llegar a los himnos indies de las últimas décadas como Sister de Sonic Youth o el Oracular Spectacular de MGMT.
Los carteles originales de bandas antiguas son un básico en la decoración hipster.
4. UNA GUITARRA ELÉCTRICA Y SU AMPLIFICADOR
Da igual si la tocas o no, si eres un hipster de verdad, esta pieza es imprescindible, no valen las acústicas, cualquier hippie puede tener una de estas. Y debéis saber que los hipster inventaron la palabra hippie como un insulto a la generación que les siguió.
Tener el aire de pertenecer a una banda indie o simplemente un alma atormentada que interpreta blues por las noches ayuda mucho a nuestra credibilidad inconformista
5. LA COCINA
En la cocina son imprescindibles los utensilios de cocina antiguos, viejas cajas de galletas y frascos de cristal, todo idéntico, para guardar todo tipo de especias y elementos para cocinar.
Los vasos y copas de vino deben ser muy «caros» o que lo parezcan, pero las tazas de café mejor de mercadillo o restos de la vajilla de la abuela.
Nada de electrodomésticos de acero, sino te puedes permitir una nevera Smeg de un color llamativo, hay que encontrar un frigorífico de los 70/80″ en un chatarrero, aunque tengas que cambiarle el motor para que funcione.
Importante que esté llena de zumos verdes variados, cervezas artesanas… no es solo una manera de decorar, es una forma de vivir.
6. IRONÍA EN LA PARED
Además de póster de antiguas bandas, cuadros de gatos y perros humanizados y de dudosa técnica, cuanto más naïf mejor, es imprescindible colgar cuadros, grabados o láminas que reflejen nuestro inconformismo ante la vida. Los eslogan irónicos son importantes para cerrar el círculo hipster de nuestra decoración.
7. VARIOS
Una bicicleta, un perchero de ruedas con prendas vintage y chaquetas varsity colgadas de él en el dormitorio.
Almohadones con cabezas de perro.
Colchas de lana o crochet encima de la cama o en el sofá.
Una pared decorada con un papel pintado llamativo y otra con pintura de pizarra llena de textos o dibujos hechos con tizas.
Para rematar un bulldog francés con nombre de persona o un gato monocolor que haga juego con la decoración.
Seguro que algo se me queda en el tintero, pero creo que los inconformistas auténticos ya podéis empezar a organizar vuestra casa.
Aquí os dejo una pequeña galería inspiradora.
Hasta el prox-post.