Después de algunos meses escribiendo este blog, me he dado cuenta de que en realidad el trabajo de interiorista es el gran desconocido incluso para los amantes de la decoración.
En el post de esta semana voy a intentar resumir en qué consiste nuestro trabajo y, sobre todo, dar a entender qué os puede ofrecer un estudio de interiorismo cuando pedís sus servicios.
Se puede pensar que el interiorismo y decoración es una profesión que solo requiere un cierto gusto estético y un poco de imaginación, pero esto está muy alejado de la realidad, ya que el interiorista debe tener sobre todo conocimientos técnicos y un gran sentido humanístico y estético.
En un estudio de interiorismo realizamos bocetos, planos a escala de instalaciones, alzados y perspectivas. En cuanto al diseño hay que analizar el color, los acabados, la iluminación (es la piedra angular de todos los proyectos en nuestro estudio), material, tejido, accesorios…
Otro elemento clave es el estudio de la ergonomía de cada habitación, ya que el espacio tendrá que optimizarse para el uso al que está dedicado.
Nuestro objetivo es adecuar el espacio a las necesidades del cliente y adaptarlo para el disfrute de sus habitantes, mejorando en definitiva la calidad de vida de los clientes.
Un proyecto de interiorismo tiene distintas fases que el cliente debe conocer para saber en todo momento en qué fase esta nuestro trabajo.
De forma sintética empezamos por una FASE PRELIMINAR. En esta se establecen las primeras entrevistas con el cliente, se define la propuesta del encargo y se elabora un programa de necesidades.
Las primeras características a estudiar, al menos en mi caso, son: la orientación, la incidencia de la luz natural, la distribución y la relación entre las distintas estancias, ventanas, puertas y los muebles actuales o previstos, materiales existentes etc.…Hay que tener un conocimiento completo de los elementos que condicionarán el diseño.
El siguiente paso es conocer los medios económicos de los que vamos a disponer, ya que éstos condicionarán la búsqueda de materiales y resto de elementos. Tenemos que buscar los materiales más adecuados a los medios de que vamos a disponer y a los diferentes espacios a los que van destinados.
En las fase preliminares es muy importante estudiar las necesidades del cliente y averiguar su gusto y personalidad. Más tarde nos ocuparemos del estudio del espacio y de los medios que dispondremos.
Y en este momento y con toda la información necesaria procedemos a LA REALIZACIÓN DEL PROYECTO.
Esta primera parte debe ser siempre la más creativa, por lo que necesitaremos poner en marcha nuestra imaginación e intentar visualizar el espacio. La idea original del diseño la plasmaremos en diversos dibujos a mano alzada y croquis hasta que esté madura para empezar a plasmarla en los planos. Éstos irán a escala y ayudarán a comprobar la viabilidad del proyecto.
Levantaremos los planos del estado actual y haremos un esquema de las distintas zonas o plantas. Siempre debemos tener una imagen esquemática de las diferentes zonas de la casa es nuestra planta de zonificación.
Realizaremos después los planos del nuevo el espacio eligiendo para cada elemento el sitio más adecuado, tanto por su situación como por las medidas necesarias para su uso.
Aquí ya tendremos en cuenta materiales y distribución de cada habitación. Es momento de reunirse con los diferentes oficios para tener en cuenta todos los problemas que pudieran surgir.
Elección de acabados. Para ello debemos contar con el gusto del cliente y el efecto que queremos conseguir; los materiales deben ser adecuados a las distintas zonas y a las necesidades del cliente.
El plano donde reflejamos los materiales que vamos a emplear en la reforma se denomina planta de acabados.
Elección y distribución de mobiliario. Realizaremos la distribución exacta del mobiliario y los distintos elementos. Una vez definida la más adecuada se dibujará en limpio, y este plano será nuestra planta de distribución.
Una vez elegido el mobiliario y estudiado su volumen y su integración con el resto de elementos, materiales y color, presentaremos al cliente nuestra propuesta para rematar con él esta fase del proyecto.
Una vez definidos los trabajos con los distintos profesionales y proveedores, con la información que ya tenemos podemos elaborar un presupuesto. Cuanto más detallado esté el proyecto, más exacto podrá ser el presupuesto en el que aparecerán desgranadas todas las partidas correspondientes al trabajo.
Tendremos listos todo tipo de planos para los diferentes oficios así como dibujos, 3D y alzados para que el cliente visualice lo más claramente posible el trabajo final.
Y ya estamos en OBRA. En algunos casos el cliente puede encargar exclusivamente el diseño del proyecto, y en ese caso nuestro trabajo termina aquí.
Lo más normal es que se nos encargue también organizar y dirigir la obra. En este caso nos ocupamos de las gestiones administrativas: permisos de obra, proyecto visado en caso de obra mayor…
A partir de aquí se elabora un calendario de trabajo para enlazar de la manera mejor posible a los diferentes profesionales y el control de la entrega de materiales.
Realizamos también frecuentes visitas a la obra para comprobar que todo está en orden y en tiempo.
Normalmente en el transcurso de la obra surgen diferentes dificultades. Nuestro trabajo consiste en evitar o resolver la mayoría de ellas; cuando lo conseguimos es que hemos realizado un buen trabajo.
Aunque el cliente meta prisa para empezar la obra sin definir del todo el proyecto, hay que hacerle entender que ésto sólo nos traerá problemas, retrasos y un resultado no deseado.
Una vez acabada la obra es el momento de instalar el mobiliario, accesorios y rematar el proyecto, y una vez finalizado este paso el cliente firmará la conformidad con el trabajo realizado.
Hasta tres meses después de entregada la obra, los estudios de interiorismo nos comprometemos a solucionar cualquier problema que pudiera surgir.
Espero que este post os aclare un poco en que consiste nuestro trabajo.
Hasta el prox-post.